Interior de Porterhouse: La cervecería artesanal original de Dublín
Mucho antes de que la "cerveza artesana" se convirtiera en una palabra de moda, existía Porterhouse. Inaugurado en 1996 en el corazón de Temple Bar, Porterhouse no era un pub más de Dublín, sino un punto de inflexión para los entusiastas de la cerveza con ideas afines. Un movimiento audaz contra la cerveza insípida y los grifos monopolísticos. Un lugar donde los amantes de la cerveza podían probar algo diferente, elaborado con carácter y servido con orgullo.
En la actualidad, aunque la fabricación se ha trasladado a otro lugar, Porterhouse sigue siendo una piedra angular de la historia de la cerveza artesanal irlandesa, con las mismas recetas, el mismo espíritu y un equipo comprometido a mantener vivo el legado.
Donde empezó todo: 1996 en Temple Bar
A mediados de los 90, el panorama cervecero de Dublín estaba dominado por las cervezas rubias del mercado de masas y un montón de cervezas iguales. Porterhouse rompió moldes y se convirtió en el primer brewpub de Irlanda, sirviendo su propia cerveza en una época en la que eso era prácticamente inaudito.
Desde el momento en que se abrieron las puertas, el objetivo estaba claro: hacer las cosas de forma diferente. Elaborar cervezas con personalidad. Crear un espacio en el que confluyeran buena cerveza, buena música y buena gente. La Plain Porter original no tardó en ganar adeptos y premios.
Todavía nuestra: Elaborada por socios a la manera de Porterhouse
Aunque Porterhouse ya no elabora sus propias cervezas, éstas no han perdido su alma. En la actualidad, nuestros estilos emblemáticos se elaboran en colaboración con dos de las cervecerías independientes más respetadas de Irlanda: Kinnegar y White Hag.
Estos socios no se limitan a seguir unas especificaciones, sino que se han comprometido a utilizar nuestras recetas originales y a mantenerse fieles a las tradiciones cerveceras que nos han convertido en lo que somos. ¿El resultado? Cerveza con el mismo sabor que el primer día, elaborada con esmero y entregada con orgullo.
Las cervezas que construyeron la casa
Seguirá encontrando nuestros clásicos fluyendo de los grifos, tan ricos, tostados y llenos de sabor como siempre.
Plain Porter - La original. Suave, equilibrada y repetidamente nombrada "Mejor Stout del Mundo".
Temple Lager - Limpia, crujiente y elaborada para ser una buena cerveza de sesión.
Hop Head IPA - Atrevida y aromática, para los amantes del gran lúpulo y el gran sabor.
Estacionales y rotatorios: a lo largo del año aparecen lanzamientos especiales que mantienen la frescura.
Cada pinta se sirve con intención: sin trucos ni artificios, sólo cerveza honesta para gente a la que le importa lo que hay en su vaso.
Más que cerveza: música, ambiente y esa energía dublinesa
Parte de lo que hizo (y sigue haciendo) especial a Porterhouse es su ambiente. Al entrar, oirás música en directo siete noches a la semana, verás grupos de amigos alrededor de las mesas y sentirás el inconfundible zumbido de la buena diversión en el aire.
Aquí no se respira un ambiente estéril, sólo madera oscura, paredes repletas de botellas, un bar animado y camareros que saben lo que hacen. Tanto si vas a tomar una copa como si te quedas a pasar la noche, siempre te sentirás como en Dublín.
Un legado que perdura
Casi 30 años después, Porterhouse sigue haciendo lo que se propuso: desafiar lo ordinario, defender la artesanía y crear un pub que se sienta como en casa, tanto si es la primera vez que visitas Dublín como si es tu visita número cien.
Puede que ya no fabriquemos bajo nuestro techo, pero la cerveza en su vaso sigue contando la misma historia. Y empieza aquí mismo, en Porterhouse Temple Bar.
¡Sláinte!